Complemento:

PRINCIPIOS CRÍTICO-ELEMENTALES RESPECTO A TODA REFLEXIÓN BÍBLICA Y TEOLÓGICA DESDE AMÉRICA LATINA

(José Luis Avendaño)

 

Distanciamiento en la proximidad

Constituye un dato incontestable aquello de que toda praxis tiende a deteriorase y desgastarse en el tiempo, perdiendo así su consistencia primera y transformándose luego en la mera repetición estereotipada y ciega de fórmulas emblemáticas de un tiempo ya pasado. Ciertamente, a menos que sea capaz ella misma de estar constantemente regulada en su proceso de envejecimiento por la elaboración de nuevos modelos crítico-teóricos, llámense estos crítica literaria, ideológica o histórica, el vacío de comprensión de la realidad será ocupado por cualquier ideología que pretenda ofrecer una nueva lectura oficial y totalizante de la realidad. Por ello, en lo que al quehacer bíblico-teológico desde América Latina se refiere, sugerimos aquí, la elaboración de modelos crítico-teóricos, desde una formulación que, no obstante su configuración desde el distanciamiento hermenéutico (Ricoeur), acuse recibo de su constante proximidad con la ejercitación, evaluación y perfeccionamiento al interior de la vida comunitaria como de sus efectos fuera de ella.

En otras palabras, una reflexión bíblica y teológica que pretenda ser articulada desde América Latina, no puede poner todo el soporte de su elaboración en el solo resorte y constatación de un mero hecho social: "los pobres de Latinoamérica", "los marginados del continente", como slogans único y sumario, sin antes, proveer al mismo tiempo, mediante la distanciación hermenéutica, de una cierta prehistoria de las causas sociales emergentes y del camino que debiera seguir en virtud de todo aquello el propio análisis.

2. Complementariedad

Una reflexión bíblica y teológica, sobre todo planteada desde Latinoamérica, no puede atañer a una sola disciplina teológica en particular, ni ser referencia exclusiva de un determinado enfoque o lectura inserta en ésta (Escuela), de modo de agotar y clausurar en esa sola Escuela y su lectura, toda su producción de sentido para otras nuevas lecturas. Antes bien, su desarrollo exige, a nuestro juicio, una elaboración desde los métodos bíblicos y teológicos, desde la complementariedad no excluyente, ni totalizante y, por lo tanto, habrá de rechazar como ingenua y clausurante la postura según la cual es posible que la teología Latinoamericana, bajo todas sus modalidades y expresiones, se planteé como un ejercicio autónomo, libre de todo presupuesto y exento, por tanto, de toda ideología.

Antes bien, se esforzará por identificar los presupuestos con los cuales ciertamente opera, advirtiendo en ello sus aciertos y desvíos. Por ello, abogará por la formulación de más ricos contenidos teóricos que permitan configurar una visión más crítica de su misión y función como quehacer bíblico-teológico remitido desde América Latina, precaviéndose, de este modo, de los insanos fundamentalismos o mesianismos advertidos o no advertidos, y de aquel cierto facilismo tendente a acuñar ciertos sumarios o conclusiones gatillados con el único fin de encontrar consenso general y el saludo del dinero extranjero.

3. Diálogo interdisciplinar

Una reflexión bíblica y teológica planteada desde América Latina, no podrá eludir desde el momento en que se imponga como primer deber articular en un discurso teológico la opción por Cristo expresada en el seguimiento cristiano por parte de cada uno de los ciudadanos y ciudadanas de este continente, y su modo de interacción afín a ello con las diversas redes sociales, referirse a los tópicos que enmarcan fundamentalmente de un modo u otro la vida de cada uno de los latinoamericanos, y que resultan, en definitiva, muchos de ellos, en fuerzas coercitivas de coacción social, a saber, ciertas estructuras políticas y económicas.

No obstante, cuando tenga que referirse a los temas políticos y económicos, en lo que a su función de teología se refiere, sistemas muchos de los cuales, como ya se ha dicho, albergan estructuras de poder deshumanizantes y opresores para la vida humana, no lo hará ni desde la arenga panfletaria ni desde el juicio prematuro, sino en profundo diálogo, aprendizaje y conocimiento con especialistas en la materia, de modo de poder presentar de esta manera una mejor apuesta de enseñanza y de denuncia en su rol de una teología latinoamericana que denuncia, educa y se adelanta a los tiempos, evitando así el discurso reaccionario y meramente contestatario, tan frecuente entre nuestros pueblos. Pero esto implica no solamente un diálogo fecundo con las ciencias sociales, sino también con las humanas y filosóficas, algo, en Latino América, a mi entender, sensiblemente postergado.

Pertenencia teológica

No obstante, este diálogo interdisciplinar por el que hemos abogado, una reflexión bíblica y teológica articulada y remitida desde América Latina, deberá esforzarse por no quedar vaciada de sus directrices fundamentales que la hacen distinguible frente a cualquier otro discurso de interpretación de la realidad, esto es, como teología cristiana. Por ello, permanecerá como un discurso y una praxis que adquiere su primera y más importante configuración a la luz de las Escrituras y el desarrollo del pensamiento cristiano, mas siempre como discurso abierto y en continuo proceso de revisión, esto es, no fosilizado ni clausurado bajo una comprensión dogmatizante y mecanicista de la Revelación y el pensamiento que desde allí nace y se desarrolla, no entrampándose, tampoco, en soluciones dualísticas de la realidad: "mundo espiritual"-"mundo material", "salvación del alma"-"redención del cuerpo", "vida-eclesiástica"- "vida secular", "teoría"-"praxis".

5. Diversidad

Por último, una lectura bíblica y teológica a la luz de nuestro continente, habrá de exigir un compromiso con América Latina y el ejercicio teológico que de allí dimana, desde su diversidad cultural, ideológica y social, y no desde una posición que de antemano idealice excluyentemente una visión unívoca de su realidad, como única realidad posible. Por ello, buscará superar (no negar ni menos tolerar), la bipolaridad: "rico-pobre", "bueno-malo", "izquierda-derecha", y se abrirá, así, a nuevos espacios de comprensión de la construcción social, lo cual lejos de desvirtuar o excluir la lucha por la justicia y el compromiso por la dignidad de los seres humanos a la luz del evangelio, hará dicha lucha y compromiso en algo mucho más concreto que un buen discurso pletórico de buenas intenciones, esto es, aterrizándolo en la compleja realidad social y en el horizonte fecundo de posibilidades de dicha realidad contextual.

Complemento: El "Sí" y el "No", de la Teología de la Liberación